viernes, 28 de diciembre de 2012

EL AÑO SE ACABÓ, EL MUNDO NO


Y como quien no quiere la cosa, pasaron otra vez doce meses y estamos ad portas de concluir un año más. En los canales de televisión ya están armando sus insulsos recuentos de desastres, crímenes, mentiras desde el gobierno, escándalos farandulescos y demás. Por otro lado, hoteles y restaurantes nos atiborran de publicidad con sus ofertas de cenas, horas locas, cotillones y demás paparuladas para el consumo masivo. Los rituales de la modernidad a los que se entregan las masas, en permanente lucha por demostrar quién tiene mayores capacidades de gasto, parecen empeorar con el transcurrir del tiempo.

Este 2012 sin embargo, culminó con un hecho por demás pintoresco, en medio de las noticias espantosas de shooters en los EE.UU. y patéticas muestras de que los parlamentarios peruanos, sea que hablemos de los ilustres desconocidos o de los "experimentados" son, todos, una bola de conchudos incapaces de tener siquiera el pudor de robar poco a poco. "No me alcanza, pues" dicen, mientras preparan el fondo de sus bolsillos para los 30 mil soles que se van a tirar mes a mes desde enero, cuando ni siquiera son capaces de elegir un nuevo Defensor del Pueblo. Hiriente ironía de una situación en la cual lo que menos les importa, precisamente, es ese pueblo al que nadie defiende gracias a su intencional incompetencia.

El hecho pintoresco es, por supuesto, la incomprensible cobertura que se le dio, en todas partes, a la delirante idea de que se acababa el mundo el 21 de diciembre. Y la expectativa que generó en propios y ajenos, desde los genuinamente ignorantes, provenientes de variopintos estatus socio-económicos hasta quienes vieron en esa patraña una manera de comercializar libros, hacer reportajes de 15 minutos y lucrar con la subconsciente ansia de mucha gente de que este mundo, de una vez, se acabe.

Lo cierto es que no se acabó nada y que las cosas siguen para adelante. Los buenos deseos de que este 2013 sea mejor son lo más agradable que podemos hacer y pensar, tanto para nosotros mismos como para nuestros amigos, familiares, parejas y compañeros de trabajo. Pero cuando uno mira alrededor y ve niños lanzados a pozos ardientes por sus compañeros de salón, farsante brasileños que vienen a forrarse en plata contratados por la alcaldesa y congresistas conchudos que se zurran en la opinión de la población, por momentos uno termina lamentándose de que el famoso y falso cataclismo no se hiciera realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tengas un buen 2013 Jorge