martes, 14 de febrero de 2012

LA MASACRE DE SAN VALENTÍN


No hay ninguna relación histórica real que conecte el 14 de febrero con el día del amor. Existen 3 mártires católicos llamados Valentín y hasta hoy se discute a cuál de los tres pertenece el mencionado día. El iniciador de esta asociación de ideas fue el escritor inglés Geoffrey Chaucer (1343-1400), conocido como el Padre de las Letras Británicas, quien canta en algunos poemas acerca del intercambio de cartas amorosas en esa fecha específica. Esto devino en las notas románticas escritas a mano, tan populares en la era victoriana, que empezaron a denominarse "valentinos". Luego vino la industrialización, las notas a mano se transformaron en e-cards y el 14 de febrero se convirtió en una fecha más del calendario comercial y mediático que es capaz de ofrecer desde matrimonios masivos al pie del malecón hasta habitaciones de hotel con adminículos sadomasoquistas. Si San Valentín pudiera ver el descalabro que hoy es el famoso Día del Amor y de la Amistad, en nombre del cual se atraviesa de lado a lado la otrora sublimación del amor y el deseo en su más pura y romántica acepción, le pediría a Cupido que cambiara el arco y la flecha por un fusil AKM y organizaría una masiva masacre. Como la del 14 de febrero de 1929.

Aquel martes, como hoy, dos sicarios contratados por Al Capone asesinarona balazos a siete importantes mafiosos de la pandilla rival, la de los irlandeses dirigidos por George "Bugs" Moran en un viejo garage abandonado al norte de Chicago, la ciudad que estaba tomada por las luchas entre gangsters en la era de la prohibición. La masacre del Día de San Valentín se convirtió en el punto de partida para la caída del famoso delincuente italiano y ha sido utilizada como tema de fondo en múltiples manifestaciones de la cultura popular. Desde películas como Caracortada o Los Intocables hasta la portada de un álbum recopilatorio de Alice Cooper, lanzado en 1974. O en uno de los capítulos de la serie policial Bones, en el que la pareja protagonista deciden celebrar St. Valentine's Day recordando dicha masacre, en una muestra del abierto cinismo con el que los investigadores toman la modernidad del "día de los enamorados", actualmente tan tergiversada y poblada de superficialidad, tal y como ocurre como otras fechas convertidas en feriados y locuras publicitarias como la Navidad, la Semana Santa o el Día del Pisco Sour.

Pero no me malinterpreten, no estoy haciendo apología de la violencia ni invocando a una matanza masiva en virtud de esta fiesta de cursilería y falsedad que muchos celebran hoy. Mi alegórico reclamo tiene que ver con la grosera desnaturalización de esta fecha en la que se realzaba uno de los sentimientos más profundos y desvalorizados de la actualidad. De la admiración por aquellas parejas que han llevado a buen puerto sus relaciones gracias al amor, la confianza o la tolerancia y el respeto por quienes consideran que las relaciones amorosas deben seguir perteneciendo a la vida privada-íntima de cada uno, hemos pasado a esta glorificación de lo banal, a este desmadre de relaciones pasajeras basadas única y exclusivamente en aquello que se puede comprar, a este desfile de modas sin substancia, a este festín de huachaferías y vulgaridades que no tienen absolutamente nada que ver con el verdadero sentido de una celebración como esta. San Valentín, como indica su nombre, es un santo católico y Cupido es un hijo de dioses, sin embargo las formas en que hoy se "celebra" este día no tiene nada de espiritual ni siquiera de romántico. Por otro lado, resulta irritante ver cómo el día de los enamorados es levantado como bandera identificatoria por parejas ocasionales que hoy intercambian peluches y bombones en los programas de la telebasura y dentro de poco tiempo serán titular por su separación, si es posible con balazos de por medio, tras tres meses de "tórrido romance".

Ciertamente no va a producirse una masacre de San Valentín hoy, martes 14 de febrero del 2012. Pero luego de ver todas estas ofertas, reportajes e historias que apelan, como ocurre todos los demás días del año, a las pulsiones animalescas más primarias del ser humano y que reducen la capacidad de entender qué es realmente estar enamorado de alguien, lo que me queda por concluir es que ese coctel mortal de publicidad-consumismo-farándula-ignorancia ha terminado masacrando la idea del Día de San Valentín. Por lo menos la que yo tenía. Hubo una época en la que yo creía en esta celebración, la esperaba y la pasaba con ilusión. Incluso llegué a decirme a mí mismo (en un afán por negar la realidad de aquel momento) que así estuviese solo, era mi día también "porque yo estaba enamorado". Tampoco es verdad. Hoy es el día de los enamorados correspondidos y quienes no reciben el feedback pues tampoco deberían celebrar nada. El problema es que hay muchas parejas felices por fuera pero que pasada la noche de hoy se envolverán nuevamente en el silencio, la mueca fingida y la pose para la foto en el facebook. Por eso exhibo mi abierto cinismo frente a esta fecha comercializada hasta la estupidez y me declaro abstraído de todo su significado actual. Porque aun estando enamorado de alguien, me parece que no tiene ningún sentido necesitar de una fecha para reforzar un estado emocional que se supone debe ser permanente.

Con respecto a lo del "día de la amistad", pues también se ha concretado la masacre, a manos de toda esta parafernalia mediática que parece no tener límites en cuanto a su capacidad de contaminación de todo. Según la forma en que yo lo veo, los medios y los que se enriquecen con las ventas se han encargado tanto de que la gente asocie el "día de los enamorados" con la necesidad obligatoria de tener alguien con quien salir de la mano a caminar o con quien alquilar una habitación de hotel, eso del "día de la amistad" me suena a premio consuelo para quienes no tienen a quién arrimarse o a quién regalarle el combo de Rosatel y eso es indigno para el concepto mismo de amistad. En lo que a mí respecta, valoro lo suficiente a mis amigas y amigos como para tratarlos de esa forma. La amistad no es un premio consuelo. Y el amor no es cuánto se gastó en el regalo. En ese sentido el San Valentín que conocí en mi primera adultez ha sido cruelmente masacrado.

1 comentario:

Angélica Tovar dijo...

Excelente contribución, AMOR no es igual a PLACER.