jueves, 2 de febrero de 2012

THE ELTON JOHN BAND: CELEBRANDO EL VERDADERO ESPÍRITU DEL ROCK AND ROLL


Quizás la lección más importante que nos dejó el impresionante concierto que Elton John ofreció la noche del miércoles 1 de febrero en Lima esté relacionada con la lealtad y el compañerismo. Cuando lo vi derrochando energía e intensidad al lado de sus eternos socios musicales, intercambiando miradas de complicidad, sonrisas de satisfacción y expresiones de asombro frente a un público nuevo, que escuchaba por primera vez en vivo y en directo aquellas canciones que ellos han tocado cientos de miles de veces en más de 40 años de exitosa carrera musical, me imaginé que esta banda conserva aun, como pocas, el espíritu de lo que fue el rock en los 70s: la mística de vivir en comunidad con tus compañeros de grupo, la confirmación de que, más allá de las vueltas que da la vida, los excesos y las veleidades de la fama, tu banda es tu familia. Y Elton John nos dejó eso más que claro: frente a la debilidad de los grupos modernos que se juntan con el único propósito de lograr un par de éxitos de ventas millonarias para después largarse a ser solistas, actores de Hollywood o modelos de catálogo, The Elton John Band nos dio una clase maestra de pop rock puro y virtuoso, extraído de la mejor época de este apasionante género musical.



Desde las primeras notas de Saturday night's alright (for fighting) el extraordinario pianista se encargó de desterrar cualquier prejuicio que algunos descreídos pudieran haber albergado con relación a sus registros actuales. Después de todo, era más fácil pensar en un concierto del año 2012 de Elton John como un evento pausado, de ritmo lento pues los años le habrían exigido mayores moderaciones. Nada de eso. El frenético ritmo de este clásico de los 70s sacudió el Estadio Nacional y dio las primeras clarinadas de lo que sería un imparable recital de dos horas y media de duración. La segunda, I'm still standing no le bajó a las revoluciones y sirvió para dar pie a un repertorio cuidadosamente escogido que recorrió las múltiples facetas de este verdadero ícono del rock mundial. Siguieron un manojo de temas solo para conocedores: Levon, Madman across the water, Holiday Inn y My father's gun fueron atentamente escuchados por la comunidad melómana, que aplaudía a rabiar, agradecida. La extraordinaria versión de Rocket man con un extenso jam final de toques progresivos quedará grabada en la memoria para siempre.



Llegaron por supuesto, las baladas. Para nadie es un secreto que la dupla Elton John/Bernie Taupin ha escrito algunas de las canciones románticas más emotivas e inolvidables de todos los tiempos. El público limeño se rindió ante himnos del romanticismo pop como Goodbye yellow brick road, Daniel, Don't let the sun go down on me, Candle in the wind y Sorry seems to be the hardest word (una de las mejores de la noche). Para entonces, el concierto apenas iba por la mitad. La década de los 80s estuvo representada por dos de los mejores temas de su catálogo: Sad songs (say so much) y I guess that's why they call it the blues. Y así siguieron llegando los éxitos, entre densos arrebatos rockeros (The bitch is back), cadenciosos temas soul (Philadelphia freedom) y poderosas canciones románticas (Someone saved my life tonight), la noche iba llegando a su fin, no sin antes darse un tiempo para presentar tres temas de su última producción discográfica, grabada a dúo con otra leyenda del rock: Leon Russell. Después de cantar dos infaltables - Bennie and the Jets y Crocodile rock, la más coreada del show - la banda se retiró por unos segundos y luego apareció Elton John y desde el prístino sonido de su piano Yamaha interpretó las canciones que le hicieron ganar un Oscar en 1994: Circle of life y Can you feel the love tonight?. Finalmente, la banda en pleno reapareció para acompañar al divo en Your song, tema que compusiera en 1968 y que fue tocada respetando los arreglos de la versión original, algo que no suele hacer muy a menudo en sus últimas presentaciones.



La banda es un capítulo aparte: en el fondo, con enormes audífonos y guantes blancos, el mítico baterista Nigel Olsson que acompaña a Elton John desde su pre historia en Bluesology, el oscuro cuarteto inglés que servía de apoyo a Long John Baldry a fines de los 60s. A su lado, Kim Bullard se hacía cargo de las percusiones menores con la precisión que brinda la experiencia. En el bajo Bob Birch, miembro estable de la banda desde los años 90, de sonido sólido y redondo. Detrás del piano, los teclados de John Mahon creaban las atmósferas necesarias para cada tema, desde secciones de cuerdas y vientos hasta el clásico sonido de un Hammond B-3.

El cuarteto de voces femeninas hizo un trabajo fenomenal, y no era para menos pues venían comandadas por Rose Stone, cantante fundadora de la academia del funk Sly & The Family Stone. Completaron el coro su hija Lisa, Tata Vega y Jean Witherspoon. Y al frente de este conjunto de experimentados músicos, el guitarrista Davey Johnstone, director musical de The Elton John Band desde 1971 que trajo consigo un arsenal de guitarras y otros instrumentos de cuerdas (mandolinas y banjos). Johnstone y sus múltiples guitarras es el responsable de la cohesión de este grupo de amigos que cada noche rejuvenecen junto a ese espíritu del que hablábamos al principio, hoy tan escaso. Su presencia escénica corresponde al paradigma clásico del guitarrista de rock: etéreo, fantasmagórico, casi ingrávido.

La novedad la trajo el dúo de cellistas croatas Luka Sulic y Stjepan Hauser, quienes no solo acompañaron a la banda durante prácticamente todo el concierto, sino que además sirvieron de teloneros con cuatro canciones de distintas épocas del rock (Smooth criminal de Michael Jackson, With or without you de U2, Smells like teen spirit de Nirvana y Highway to hell de Ac/Dc), siguiendo la senda marcada desde 1993 por Apocalyptica, cuarteto finés que interpreta en el cello temas clásicos del heavy metal. Este dúo, llamado simplemente 2Cellos, lanzó su álbum epónimo en el 2011 y fueron convocados por el mismo Elton John para esta gira, que se inició en la ciudad de Cardiff, Gales.



Elton John y su experimentada banda dio inicio al año de conciertos en Lima por todo lo alto, con un espectáculo musical apoteósico, en una época en la que este adjetivo ha terminado totalmente tergiversado por su indiscriminado uso en esperpénticos programas de concurso que no pasan de ser mediocres intentos de figuración avalados por los medios de comunicación. Pero a pesar de pertenecer a la realeza de la música contemporánea, el Estadio Nacional no lució abarrotado como debería haber ocurrido. Sin embargo esto no fue impedimento para que quienes tuvimos la fortuna de estar allí, hayamos disfrutado de esta celebración del verdadero espíritu del rock, ese que trasciende gustos específicos, edades y modas pasajeras.

1 comentario:

Toña dijo...

GRACIAS POR EL ARTÍCULO. YO ME LA PERDÍ