martes, 29 de noviembre de 2011

PEQUEÑAS DELICIAS DEL MERCADO LABORAL


a) Primera Delicia: "Excedente". Cuando uno revisa el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española) encuentra hasta siete acepciones de este término, todas positivas. Pero utilizado a nivel laboral como condición de un miembro del personal de una empresa es un calificativo insultante, pues es la tercera acepción la que aplica al sentido peyorativo que se le quiere dar: ser un excedente es ser un sobrante. Peor aun si se usa para justificar la separación de un "colaborador" provocada por errores de otros, a quienes se busca cubrir las espaldas. Y si además esto lo dice un "amigo", el asunto se convierte en una situación oscura y deprimente. El mercado laboral privilegia a los empleados o funcionarios "agresivos", aquellos personajes que son capaces de desaparecer hasta a sus amigos con tal de no ser cuestionados.

b) Segunda Delicia: Una conocida aerolínea publica avisos en El Comercio y convoca a decenas de personas a las siete de la mañana para "las pruebas". A la convocatoria asisten comunicadores, abogados, psicólogos, cirujanos de cabeza y cuello, contadores públicos colegiados, azafatas de casinos y bares, bailarinas exóticas que han vivido en los EE.UU., entre otros profesionales. De las casi 70 personas con un rango de edad entre los 22 y los 35 años, un mínimo porcentaje (menos del 10%) ha estudiado o trabajado en aviación comercial o alguna actividad relacionada. A las 8:30 de la mañana (hora y media después de la hora original de la cita) una mujer mal vestida y peor peinada da indicaciones, con un tono de voz casi achorado, sobre las dificultades del trabajo ofrecido, como para desanimar a los postulantes: horarios rotativos que incluyen madrugadas, imposibilidad de estudiar o hacer otra cosa, obligatoriedad de uso de uniformes y pelos cortos (para varones) y amarrados (para damas) - cuando ella está como dije, mal vestida y peor peinada - y veinte cosas más. Nadie se va. Todos necesitan el trabajo. ¿La prueba de fuego? Cada uno debe pararse frente al aula repleta de competidores y hacer un breve discurso de por qué cree estar capacitado para ese puesto, aun cuando no ha estudiado ni tenido experiencia en ello. La señorita que conduce el proceso ni siquiera presta atención a lo que los desesperados dicen de sí mismos. Y después dicen que hay trabajo para los jóvenes en el Perú. El encanto de engañar.

c) Tercera Delicia: Domingo a domingo, el suplemento Aptitus de El Comercio publica en su portada pequeñas y ligeras entrevistas a gerentes de recursos humanos, capacitadores de líderes, expertos en gestión humana y demás cargos similares de empresas "Top" que dan recomendaciones variopintas y simpáticas sobre cómo encarar una entrevista laboral, cómo combatir la discriminación por edad, por sexo, por raza, cómo detectar a los profesionales más allá de si tienen o no una maestría, de si provienen de tal o cual universidad, enfocándose principalmente en los valores humanos porque resulta que para ellos eso es "lo más importante". Después siguen 30 páginas de ofertas para ingenieros industriales, call centers, trabajos de 10 de la mañana a 10 de la noche vendiendo y reponiendo por campaña navideña, convocatorias estatales que son pantallas para después descubrir que solo ingresan los hijos de los congresistas y sub-empleos de todo tipo. Quien busca trabajo en esta ciudad, envía cientos de correos electrónicos y el teléfono nunca suena. El estudio, la cultura y la experiencia parecen ser inútiles en este país de magisters de cartón y fans de la Marca Perú.

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