domingo, 16 de noviembre de 2008

LOS SOBREDIMENSIONADOS CADILLACS


Cuando los "entendidos" proponen rankings de las mejores bandas de rock en nuestro idioma casi siempre coinciden en incluir a este combo argentino cuya máxima virtud probablemente haya sido desmarcarse de la onda ska-murga-pachanga que los hizo conocidos y añadirle elementos más atractivos para el establishment de la crítica convencional y de las radios comerciales: actitud irreverente, zafada, con temas que sugieren ciertas preocupaciones sociales, constantes coqueteos con el punk y paralelamente a eso, un inamovible sonido afro-latino, con sus toques de jazz y sus escarceos tangueros. En suma, un "arroz-con-mango" fríamente calculado que les aseguró la etiqueta de eclécticos - una cualidad sobrevalorada en los "southamerican rockers" (Jorge Gonzáles dixit), debido a las evidentes dificultades de los latinos para hacer buenas fusiones, por lo menos en lo que a rock se refiere.

Pero yo siempre tuve mis dudas sobre el particular. Y a veces me parece una divertida paradoja que ellos mismos se denominen "fabulosos", como una especie de auto-afirmación frente a la conciencia de sus propias limitaciones. Una actitud que, por ejemplo, llevaron al extremo de la antítesis sus compatriotas Los Auténticos Decadentes, que demostraron su sabiduría y sinceridad poniéndose un nombre que corresponde al 100% con su performance. De hecho, ambas bandas pertenecen a la escuela argentina del ska-reggae-dub-punk, esa onda de influencia británica representada por grupos como The Specials o Madness. Mientras la fiesta, el bombo y la murga permanecieron como los elementos centrales de los intérpretes de La Guitarra; el comentario social, la fusion desordenada y la onda gangsteril se convirtieron en marcas registradas de la banda liderada por Gabriel Fernandez Capello (alias Vicentico) y Flavio Cianciarulo (alias Sr. Flavio).

Recuerdo que allá por 1987 me impactó el tema El Genio Del Dub por su sonido misterioso (ecos en cada fraseo, en cada estrofa, en cada solo) y una letra que me tardé días en entender correctamente. Al mismo tiempo, su imagen de tipos malos, vestidos de negro con lentes oscuros y caras de mafiosos, sentados en la barra de una cantina me causó rechazo de inmediato porque me pareció 100% sobreactuada. En esa época no conocía a The Specials y al hacerlo, el rechazo intuitivo se convirtió en una certeza, porque era, efectivamente una copia absoluta del estilo de aquella banda inglesa fundada y liderada por el tecladista Jerry Dammers.

También recuerdo que ese mismo año - o quizás el siguiente - la banda llegó al Perú como parte de su primera gira internacional, y tocó en el desaparecido Gran Estelar de la desaparecida Feria del Hogar. Entonces eran prácticamente una banda nueva y acababan de lanzar su segundo LP, Yo Te Avisé, en el que estaba incluido El Genio Del Dub, a la sazón su primer gran éxito fuera de Argentina. Fui a verlos al recinto ferial y, aparte de la mencionada (que hasta hoy disfruto cuando escucho la versión original, la del álbum de 1987), el único tema que realmente llamó mi atención fue Revolution Rock, cover de The Clash (otro de sus constantes referentes) que en ese entonces presentaron como un avance del que sería su tercer álbum, El Ritmo Mundial (1988).


Los Fabulosos Cadillacs, El Genio Del Dub (en vivo, nada que ver con la versión en estudio)

Ahora que se anuncia su "fabuloso" regreso, me parece que es necesario poner la nota discordante ante la mediana euforia que tal retorno esta generando en Lima y en otras ciudades de Latinoamérica. Visité su pagina web por recomendación de un buen amigo mío, fanático de la banda y que conoce perfectamente mis reparos, invitándome a escuchar las nuevas canciones del álbum que acompaña a la gira de regreso del ahora sexteto (ustedes saben, a la hora de vender el paquete se debe ofrecer completo). El CD se titula La Luz Del Ritmo y es nada más ni nada menos que una serie de remakes de algunos de sus temas más emblemáticos, además de cinco temas nuevos y dos covers. Curiosamente, tras años de perderles la pista (y ciertamente de no buscársela tampoco), el tema que mas me llamó la atención es uno de esos covers y para continuar en la linea de las curiosidades, se trata de otro tema de The Clash, el clásico Should I Stay Or Should I Go? que el grupo de Mick Jones y Joe Strummer (Q.E.P.D.) lanzó en su penúltimo álbum Combat Rock de 1982 (aquí se puede escuchar la versión de LFC)


The Clash tocando en vivo Should I Stay Or Should I Go? (1982)

Porque, ojo. No estoy diciendo que Los Fabulosos Cadillacs sea un grupo malo. Estoy diciendo que es un grupo sobredimensionado. En general, pocas bandas argentinas de rock, en cualquiera de sus formas, puede ser acusada de ser limitados en lo estrictamente musical. Son buenos músicos - en especial Flavio Cianciarulo (bajo) y David Lozano (trompeta), así como el saxofonista Naco Goldfinger, retirado del grupo o el fallecido trombonista Gerardo Rotblat. Pero tampoco es para tanto, sobre todo si vemos el status de megastar que ha conseguido el cantante Vicentico, cuya voz no es, pues, de las mejores que hay, por decir lo menos. O la categoría de super-clásicos del rock en nuestro idioma que algunos le dan a canciones como Carnaval Toda La Vida (El León, 1992) o Mal Bicho (El Rey Azúcar, 1995), temas que no pasan de ser un buen motivo para saltar, agitar las manos y cantar mismo barra de tribuna de fútbol. Nada más.

Puede ser que otra de las causas de esa sobre dimensión que Los Fabulosos Cadillacs han recibido por estos lares tenga que ver precisamente con su acercamiento a la música latina, cuando todos sabemos que el rock hecho en la tierra del tango tiene mas sonoridades pegadas al rock o incluso al jazz. Más allá de que lo hayan hecho mal o bien (lo cual obedece a la democracia permitida en cuestión de gustos), es verdad que Los Fabulosos Cadillacs han aprovechado también sus constantes colaboraciones con luminarias de la salsa como Celia Cruz o Ruben Blades para posicionarse en el gusto latino. En todo caso, la suya es una propuesta interesante, válida, buena... pero ¿fabulosa? me parece exagerado.

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