jueves, 25 de septiembre de 2008

"NO ME DA LA GANA..."

La parlamentaria de Unidad Nacional Lourdes Alcorta, "nueva" en los avatares congresales, decidió anoche convertirse en la indiscutible Reina de los Otorongos tras lanzar una de las frases más infelices que se le puedan haber ocurrido jamás.

Exasperada y haciendo denodados esfuerzos por hacerle creer al público que su postura altisonante se debía a un arresto producido por su dignidad mancillada por los bloggers que, como todos dicen y dicen bien, somos ciudadanos, y por Rosa María Palacios quien a duras penas consiguió no perder la compostura ante tal brote de callejón, esta señora se declaró contraria a mantener una relación de respeto y de sumisión al mandato popular y nos mandó a todos a rodar, sentándose encima de la Ley de Transparencia y de Acceso a la Información Pública y desnudando así su clara vocación encubridora, frente a los justos cuestionamientos que un enorme sector de la ciudadanía viene realizando con respecto a las irregularidades presentadas en el caso de los gastos operativos.

La destemplada reacción de esta señora me trajo a la memoria un interesante pasaje de esa profecía titulada La Rebelión de las Masas del filósofo español José Ortega y Gasset, en el cual describe con la agudeza que lo caracteriza ese estado de cosas según el cual conspícuos representantes de la masa - aquella que antaño se sometía voluntariamente a los designios de quienes reconocía como superiores a ella, porque era consciente de sus limitaciones y carencias - asumen con extremada ligereza y con esa arrogancia típica de quien no se reconoce a sí mismo como ser inferior, cargos públicos y dirigenciales. Hoy, enquistada en el poder, esa masa se cree capaz de conducir los destinos de un pueblo entero, haciendo del todo una inmensa boya a la deriva, sin rumbo, sin orden ni concierto. Transcribo:

"Es falso interpretar las situaciones nuevas como si la masa se hubiese cansado de la política y encargase a personas especiales su ejercicio. Todo lo contrario... La masa presumía que, al fin y al cabo, con todos sus defectos y lacras, las minorías de los políticos entendían un poco más de los problemas públicos que ella. Ahora, en cambio, cree la masa que tiene derecho a imponer y dar vigor de ley a sus tópicos de café..."

O con relación a los funcionarios públicos...

"El Poder Público se haya en manos de un representante de masas... Cuando ese Poder Público intenta justificarse, no alude para nada al futuro sino al contrario, se recluye en el presente... De aquí que su actuación se reduzca a esquivar el conflicto de cada hora; no a resolverlo, sino a escapar de él por el pronto, empleando los medios que sean, aun a costa de acumular con su empleo mayores conflictos sobre la hora próxima..."

Tras escuchar el exabrupto de la señora congresista Lourdes Alcorta, sazonado con ciertas revelaciones como su absoluto desconocimiento de cómo se lleva la contabilidad de una oficina o que ella considera parte de sus gastos operativos sus almuerzos particulares esta campaña se hace cada vez más interesante.

Su blog adoptivo (http://www.elmundodeplastico.com/) debe estar orgulloso.

Y ¿cómo quieren que no los tildemos de corruptos, desvergonzados, etc., etc., etc., si acaban de modificar anoche las reglas de juego de sus rendiciones de cuentas? No hay nada que hacer que el gobierno de este conglomerado de "hombres-masa" y "mujeres-masa" (Ortega dixit) sencillamente no conoce límites...

Hasta la próxima...

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